Desde siempre, el clavo ha sido una especia muy valorada y costosa. En torno al siglo XV, los árabes comercializaban clavos de olor en la ruta del Océano Índico, la cual fue tomada por los portugueses, que distribuyeron grandes cantidades de esta especia a Europa. Se cuenta que entonces su valor era de unos 7 gramos de oro por cada kilo de clavo.
El potente aroma de esta especia se debe al eugenol, principal componente del aceite esencial del clavo. Prácticamente, el clavo puede encontrarse en cualquier cocina del mundo.
Es una especia que forma parte de múltiples mezclas de especias típicas; como el Tandoori Masala, el Garam Masala, las Cinco especias chinas y el Ras el Hanout. En repostería, el clavo se incorpora en muchas recetas de galletas tradicionales de Navidad, como los Speculoos.