Es muy frecuente ver en las cocinas tradicionales españolas colgado este tipo de pimiento.
El secado a que se somete permite una mayor longevidad y disponibilidad para su consumo.
Se suele hidratar momentos antes de ser empleado, simplemente poniéndolos en remojo en agua tibia o fría. Una vez hidratado, se extrae la pulpa (carne del pimiento), que tiene aspecto de pasta de color rojo muy intenso.
Es un producto muy versátil; se utiliza frecuentemente en guisos de pescado, verduras, carnes, etcétera. También se utiliza en la producción de embutidos.
No se recomienda intercambiar en las recetas la ñora por el pimiento choricero, o viceversa, ya que los sabores son muy diferentes y los resultados del plato pueden ser inesperados.
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