La harina de avena es una buena fuente de fibras solubles, por lo que puede actuar como una especie de esponja absorbiendo las grasas y disminuyendo los niveles de colesterol. Es rica en vitaminas, proteínas y minerales como el calcio, hierro y magnesio.
Colabora con el buen funcionamiento del tracto intestinal. Disminuye la absorción de azúcar en sangre, lo cual es de gran ayuda para las personas diabéticas y además colabora con la pérdida de peso.